¿DE QUÉ VA TODO ESTO?

Tras años mandando batallas a mis familiares y/o amigos, tras miles de intentos por mi parte de tener un sitio donde compartir mi humor corrosivo y ácido sin obtener frutos, tras rogar, pedir por las buenas, pedir por las malas, llorar y hacer todo lo que se me ha ocurrido... por fin he conseguido tener un blog! Preparaos...

CHORIZO PICANTE

Estábamos ayer por la tarde Jaimito y una servidora preparados para hacer la compra, mientras el bueno de Luisete estaba en Kumon, como siempre. Así que decidí ir a la charcutería, cosa que nunca hago y ayer recordé porqué, a por lo que se nos apeteciera a Jaime y mi, que nunca se sabe qué puede ser ni si sirve de algo…
El caso es que Jaime ya había merendado, de eso podemos dar fe Luisete y yo porque me mordió un dedo del hambre que tenía que yo no sé si de verdad le dan de comer en el colegio o sólo me lo combran o es que tiene una machacadora en la tripa… en fin, que nos acercamos y había sobre el mostrador una bandejita de muestra de “chorizo de León”, sin más.
Un señor a nuestra derecha cogió un trocito de lo que a Jaime le pareció algo tremendamente apetitoso y eso si, comestible. “Mamá, me daz un drojo dezos,  podfavó?”. Y claro, yo de comida le doy lo que pida. Creo que nunca había comido chorizo. Dado por mi al menos; en el cole se supone que si, en las meriendas esas que se le quedan claramente en una muela. Total, que cojo un trocito y se lo doy.
Se lo empieza a comer y nos dice un “ceñodito” (dependiente): “Señora, es picante!”. “No se preocupe, no pasa nada por un trocito, así lo prueba”.
A mi me entró la risa, y le miré beatíficamente, como buena mamá. Qué mono, devorando, qué bien come! Ahora lo escupirá, pensé, subestimando a mi chico, como casi siempre… pero juro que el tío ni pestañeó, le encantó. Yo pensé, este tipo no se entera. Esto no pica ni de coña…
“Mamá, dame oto. Ceñó, oto máz, podfavó?”. Yo sonreí, porque le conozco, pero noté que el tipo de mi derecha me miraba un poco raro, y el dependiente me miraba mal, definitivamente, porque le ofrecí otro trocito. Por qué no? Si ya había merendado y lo estaba probando. Eso es bueno. Y se lo comió, claro. Cojo mi compra y salimos andando hacia las cajas.
De pronto veo a Jaime que empieza a mover la cabecita un poco raro, y como pensé que se estaba atragantando, pues le di unos golpecitos en la espalda, para que pasara… y es entonces cuando me miró. Juro que tenía los ojos rojos, inyectados en sangre… “MAMÁ, AGUA AGUA AGUA!”. Empezó a dar saltitos a mi alrededor, entre grititos y aspavientos… miro a mi alrededor, buscando una botella… pero nada, como siempre en este supermercado todo está en la otra punta! “MAMÁ! PICA! ME PICA DA DENGUA!”. Va, saca la lengua y empieza a rascarse con la manita y a coger aire como si fuese un pez fuera del agua. Todo esto saltando cono si fuera el mismísimo Demonio de Tazmania. Yo a estas alturas no sabía qué hacer, porque no veía la puta botellita por ningún lado y Jaime no paraba quieto, sólo faltaba que se me perdiera! A todo esto, empieza a babear de color naranja, claro, y a gritar más fuerte “AGUA!, PO FAVÓ MAMÁ! QUIEDO AGUA! PICA!”. “Jaime amor, quieto. Te doy un poco de pan?” “NO! QUIEDO AGUA AGUA AGUA”…
Y allí me veo yo como siempre, sin bolsa, quince cosas en los brazos porque siempre entro a por dos cosas y no necesito ni cesta ni leches, con un niño agarrado a mi pierna gritando a pleno pulmón que quiere agua, madre desnaturalizada que no se la da, niño llorando, todo por el suelo, gente mirando, arrastrando a Jaimito hasta la otra punta a por una puta botellita de agua, que por supuesto no era Bezoya, voy a matar a Luis que encima me tubo un par de minutos más buscando dichas botellas porque es el agua que quiere que bebamos.
Cuando al fin le doy la botella a “Jaime Esponja”, por supuesto se la bebió toda, y prometo que vi salir el humo por las orejas y orificios de las fosas nasales… eso si, el tío cuando volvimos a por lo que habíamos cogido y dejado de modo tan aparatoso va y coge el chorizo que había decidido llevarme a casa antes del incidente, y me dice: “Mamá, ezto lo quiedo yo!”.
¿?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por si me quieres poner a parir o decirme que te ha encantado, whatever, nunca se sabe.