¿DE QUÉ VA TODO ESTO?

Tras años mandando batallas a mis familiares y/o amigos, tras miles de intentos por mi parte de tener un sitio donde compartir mi humor corrosivo y ácido sin obtener frutos, tras rogar, pedir por las buenas, pedir por las malas, llorar y hacer todo lo que se me ha ocurrido... por fin he conseguido tener un blog! Preparaos...

RITUAL BÁRBARO: LA SIESTA FAMILIAR

Terrible, estresante, rallano en lo infernal... casi casi demoníaco, diría yo, por aplicar algunos adjetivos calificativos al producto que se obtiene de meter en la cama, a la hora de la siesta, a mis dos hijos a la vez.
Con mi marido de trabajocaciones en Madrid, y mi padre hasta el moño de que se le escape Luisete cuando intenta dormirle la siesta con él, me he hallado en la tesitura de acostarme yo con ellos, para obligarles a dormir.
El rito de la siesta es curioso en grado sumo, pues cuando puedes dormirla no quieres (niñez) y cuando quieres, raramente puedes dormirla (vida menos niñez)...
Recuerdo con verdadero pavor las siestas que mi madre nos obligaba a dormir cuando éramos pequeñas, y ciertamente, a mi tampoco me gustaban nada.
Mis niños no acostumbran a este descanso en el centro del día (cuando están con nosotros), pero en vacaciones, con el desgaste de la playa, se hacía necesario.
Acostumbran a dormirla uno con su padre, y el otro con su abuelo, y es curioso que ambos se pegan por echarse con su abuelo... por qué? Muy sencillo, porque mi padre cuando está tumbándose para dormir, en realidad ya está dormido. Yo creo que se tumba roncando a veces... y entonces, el afortunado, se escapaba sin que el abuelo se "coscase" de nada, y así a veces, conseguía librarse de la odiada siesta... el abuelo en cuestión, un poco herido en su amor propio por la jugarreta que Luisete le hacía, ideó un sistema sencillo pero bastante eficaz, debo decir, para que no se le escapase. Cerraba la puerta de la habitación, y colocaba una silla contra el picaporte, así cuando el truhán intentase escaparse, con el ruido le despertaría. Así durmieron varios días, hasta que un buen día, yo intenté entrar para zumbar a Luisete no recuerdo porqué (alguna me habría liado...) y casi me rompo la muñeca al empujar la puerta, vamos, que salí rebotada... y mi pobre padre preguntando "pero qué es lo que pasa?!".
En fin, que hoy decidí coger al toro por los cuernos, y dormirles yo a ambos.
Comenzamos después de la comida...
- Vamos, a dormir la siesta, chicos. Hoy os dormís conmigo.
- Noz juzto mamá! Noz falta vé la tele!
- Jaime, pero si vamos a dormir los dos juntitos, tonto, anda vente...
- Haced pis los dos, por favor.
Se van juntitos al baño, mansamente. Eso me escamó un poco. Nada más de lucha?
Se meten en la habitación, y me cierran la puerta! Allá que voy yo, como un miura...
- Mamá, Jaime y yo nos dormimos juntitos, no hace falta que vengas. - Le coge a su hermano la manita, qué guapos son los jodíos...
- Ezo, mamita, hoy me duemo con Uizete...
- De eso nada, los dos a la cama!
Gritos, protestas, amenazas, saltos, puños indignados... los tres en la cama. Yo en el medio, claro.
- Mamá, yo quiero tumbarme con mi hermanito, que nunca duermo con él la siesta.
- Ezo, mamita, y-ó con Uizete, y tú en zu pamita...
- Mamá, no me voy a dormir, pero no te preocupes que sólo te hablo cuando quiera preguntarte algo.
- Ezo mamita...
Yo ya estaba un poco mosqueada, así que les doy un bufido, que debió oirse en Madrid, y ambos se tumban.
- Mamá, quiero agua.
Extiendo la mano hacia la botella... botella que por supuesto no estaba en su sitio.
- Vete a la cocina y se la pides a la abuela. Vuelve inmediatamente y te tumbas de nuevo, eh?
- Mamá, vengo tan rápido como un diplodocus, ya verás, y me voy a dormir la siesta con los ojos abiertos.
A eso no sabía muy bien qué contestar.
- Mamita, yo también quiedo agua... me voy con Uizete.
Oigo a mi madre, al fondo de la casa... "Pero qué hacéis levantados?!? Se ha dormido vuestrra madre?". "Abuela, es que queremos agua...". Beben, y de nuevo la peregrinación hasta la cama de tortura.
Se tumban cada uno en un flanco.
- Mamita, ez que quiedo hacé píz.
- Pues te lo haces encima, porque acabas de hacerlo!
- NO! ME JAGO PÍ! QUIEDO HACÉ PÍ!
- Mamá, déjale que vaya, si no tarda nada. Ya verás, yo le acompaño...
A estas alturas, yo estaba ya a punto de estallar. La vena del  cuello marcada y pulsando. Tac. Tac. Tac.
- No pienso volver a dormir la siesta con vosotros!
- Pero si no hace falta, mamá, vete y nos cierras la puerta.
Humo, me sale humo por las orejas.
- Mami, yo también tengo aún un poco de pis que se me ha pasado. Ahora volvemos.
Suspiro, y les dejo ir al baño, no sea que me mojen a mi y todo, porque Jaime tiene unos riñones...
Van. Vienen. Se vuelven a tumbar.
- Mamá, noz juzto! Yo quiedo dormí con Uizete!
- Mira, Jaime, como no te tumbes te sacudo, eh?
Se tumba rezando y diciendo todos los tacos y maldiciones que sus cortos tres añitos le han enseñado... murmura algo así como: "Noz juzto, noz juzto y noz justo, ale!"
Parece que ya se quedan quietos, y de pronto veo un pie de Luisete por encima de mi cabeza.
- Pero qué hacés!?
- Es que voy a dormir como las cucarachas bocaarriba...
- TE TUMBAS AHORA MISMO! Y MIRANDO PARA AFUERA!
Yo me pongo del lado de Jaime, y le veo, metido por completo bajo las sábanas, como duerme él, pero a cuatro patas. Levanta una pierna, y de pronto se tira en plancha!
- Qué haces?!?
- Meztoy dando aide, mamita.
- ¿¡!? TÚMBATE!
Se tumba mirando para la pared. Levanta el pecho estirando los brazos y se deja caer mirando para mi lado. Se gira violentamente otra vez hacia la pared. Coge la almohada y se abraza a ella. Se gira otra vez.
- MAMÁ! Me ajogo con ezto! - La sábana, claro, que se le había enrollado por las piernas y el torso con tanto twistear...
- Pues quédate quieto de una vez!
- Noz juzto, mamita...
Y así, durante veinte minutos más. Luego, de pronto, silencio total.
Gané! Soy un monstruo!
No sé si es que yo me quedé dormida ya de puro aburrimiento, o que se durmieron ellos, pero el caso es que pasado un rato que se me hizo nada, me escabullí dispuesta a pasar unos minutos de paz frente al ordenador...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por si me quieres poner a parir o decirme que te ha encantado, whatever, nunca se sabe.