Os voy a contar lo que me pasó ayer, porque aún no doy crédito...
Íbamos por trabajo mis compañeras y yo a Portugal, volando por la mañana a primera hora, y regresando por la tarde... hasta ahí todo lo normal. Llegada al aeropuerto con el tiempo justo, porque me queda tan estupenda la ropa que ahora no sé nunca qué ponerme... Cualquier día me pongo unos vaqueros con una falda por encima y tres camisetas, porque con toda la ropa que tengo ahora y que me vale, porque tener tener, siempre he tenido mucha pero no estaba dispuesta a que mi silueta se metiese dentro, pues como decía, me pruebo tres o cuatro modelitos, me pinto un poco, me deshago los cerrojos, porque eso no son nudos, que tengo después de lavarme el pelo, me pruebo tres o cuatro pares de zancos de NINEWEST, que debe diseñar algún cojo porque es imposible que alguien que camine sobre dos patas proponga que los demás mortales humanoides nos subamos en esos zapatos y demos un paso, busco otro zapatos un poco femeninos pero lo suficientemente masculinos como para poder andar con ellos sin dislocarme la cadera, y por fin, después de treinta minutos de carrera, estrés, y mucho sufrimiento, llego la última a la puerta de embarque, donde mis amigas me esperaban pacientemente...
Había allí un grupito de cuatro tipos, trajeados y con una pinta de ejecutivos bastante interesante. Eran monos, pero dos de ellos tenían barba... no sé, a mi esto de dejarse crecer bellosidades alrededor de los labios... no me acaba de convencer. Eso si, un par de ellos, uno barbudo, no estaba mal del todo. Qué narices, estaba bastante bien, barbita a parte. Volaban como nosotras, a Lusitania.
Llego a mi asiento y... sorpresa! El barbas a mi lado! Son aviones enanos, eso es cierto, y sólo hay dos filas de asientos, con dos puestos cada una. Mis compañeras se habían puesto juntas, y yo al lado en el pasillo, para poder hablar.
Bueno, pues lo cierto es que a penas me fijé en el señor, entretenida como iba con mi Iphone y acompañada de Facundo Arana, que me perdonaréis pero no tiene parangón. Tenía yo las piernas cruzadas, la derecha encima de la izquierda, y escuchaba, más que miraba, mi nueva telenovela: "Vidas Robadas". Descruzo las piernas, me siento bien, y de pronto, noto que me toca la pierna derecha la pantorrilla de este señor. "Habrá sido que como es grande, no cabe bien y está estirando las piernas..." pensé yo. Y esperé, pacientemente, a que reubicase su anatomía fuera de mi espacio vital. Lejos de quitar la pierna y evitar el roce, el tipo me rozó más, por lo que yo inmediatamente crucé las piernas como si me hubiese quemado, en la posición original, pensando que estaba viendo visiones. Un maleducado, me dije...
De pronto, se levanta sin previo aviso y me pasa casi por encima para ir al baño! Yo me quedé un poco incómoda, pero más que nada, estaba alucinada! Y cuando regresa tras un largo rato y de nuevo me avasalla, para sentarse en su sitio, ya no daba crédito.
Creo que pocas veces en mi vida no he sabido qué decir. El tío estaba bueno, eso seguro, y yo no quería significarme ni para bien ni para mal, pero joder, que invadan mi zona de seguridad... no me gusta nada! Miré los documentos que leía, que hablaban de algo de... tecnología, creo. Parecía el típico resúmen para alguna reunirón de presentación de algún producto nuevo.
Opté por cerrar los ojos y dormirme. Lo cierto es que estaba muerta de sueño.
Llegamos, y no presté mayor atención a este señor. Bajamos, nos fuimos a los taxis, y nuestro día se desarrolló con normalidad.
Les conté lo que me había pasado, y nos reímos un rato a costa del individuo barbado y de lo tonta que puedo llegar a ser a pesar de lo borde que también puedo llegar a ser.
Pues he te aquí que llegamos al aeropuerto para la vuelta a Madrid, y quien decís que aparece? El grupo de ejecutivos! Mira que hay horas en el día, y días en la semana!
Allí estaba mi tío raro, y sus tres amigos! El avión se retrasó una hora, así que esperamos ante la puerta de embarque. Yo le ubiqué casi a la hora de embarcar, pero me llamó la atención que me estuviese mirando. Ahí ya empecé a sentirme bastante incómoda.
Subimos al avión y yo me senté esta vez acompañada, mientras que la tercera mosquetera se colocaba en nuestra fila pero al otro lado del pasillo. Como por acompañante llevaba a un oso pardo, y el avión iba medio vacío, enseguida se levantó para colocarse dos filas más atrás y estirarse a gusto... la miro mientras se levanta, y de pronto veo que detrás suyo está el barbudo, sentado solo, y que no dejaba de mirarme. Me sentí todo el viaje como si estuviese vigilada! Cada vez que miraba a ver que hacía María, sentada detrás del tipo este, él me estaba mirando, todo serio! Yo creo que ni parpadeaba.
Me repasé mentalmente... vaqueros azules oscuros normalitos, zapatos tipo bailarinas pero con un poco de tacón, y una camiseta que para lo descocada que me gusta ir a mi siempre, era casi de monja! Marinera, eso si, pero de monja! Si en algún momento de mi vida un tío puede morderme con los ojos, desde luego no era ese. Iba discreta y punto... No iba muy maquillada, no me había peinado, y encima llevaba todo el día trabajando! Imposible estar despampanante, porque por un lado no soy ninguna maravilla, y por otro lado no llevaba escote, que entiendo que a los tíos les pueda gustar. Qué pasaba?!?
De pronto, me empecé a agobiar. A este tío qué le pasa? Yo no soy llamativa en absoluto, porqué coño me miraba de esa forma?!?
Normalmente, la descarada para todo soy yo. Y hace tantos años que paso del coqueteo, que ya no me sé ni las reglas, pero cuando miras fijamente a alguien de esa manera... no sé, está claro, no?
Me volví de nuevo, y disimuladamente me fijé en su mano. Por supuesto llevaba un anillo. Peor aún! Pero si estaba casado! Y con lo atractivo que era, seguro que con una mujer guapísima! Porqué me miraba así?!?
Para aquel momento, me temblaban hasta los pelos del sombrajo del acojone que tenía.
Pensé que tenía el coche aparcado en la terminal 4, y lo cierto, aunque no os lo creáis, es que sentí miedo! Miedo yo! Yo asustada e intimidada por un tío! Con un montón de gente alrededor!
Menos mal que Camino me iba a acompañar al coche para que la acercase a su casa. En ese momento le di las gracias como cien veces por dejarme llevarla hasta allí.
Estoy casada! Llevo mi anillo junto con el anillo de pedida que me regaló mi marido! Es que la gente está ciega?!?
En cuanto pudimos, me levanté e intenté coger mi bolso del portaequipajes, pero pesaba un montón con el tomo de ofertas que llevaba por culpa de María! Y quien creéis que apareció de la nada para ayudarme?
"Ni de coña!", me dije, "aunque me fracture la clavícula en el intento, a mi este tipo no me da ni la hora!".
Me miraba, como sin saber qué hacer o yo qué sé, pero me salió la vena salvaje y yo creo que se echó atrás, y ya no intentó ayudarme. Yo arranqué mi bolso de allí, y salí casi corriendo. Iba toda nerviosa, mirando atrás, e histérica.
Aún no entiendo cómo un señor me puede poner en ese estado de ansiedad y miedo sólo con mirarme!
Me temo que soy un cordero con piel de lobo...
Historias habituales en la vida de una madre, trabajadora, esposa, mujer, amiga... vamos, lo que me dé. Ex-Ingeniero de Caminos convertida en Profesora de Mates de secundaria en UK.
¿DE QUÉ VA TODO ESTO?
Tras años mandando batallas a mis familiares y/o amigos, tras miles de intentos por mi parte de tener un sitio donde compartir mi humor corrosivo y ácido sin obtener frutos, tras rogar, pedir por las buenas, pedir por las malas, llorar y hacer todo lo que se me ha ocurrido... por fin he conseguido tener un blog! Preparaos...
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Actuacion patetica y lamentable por parte del barbas, lo peor es que no te dejo concentrarte en "Vidas Robadas" por cierto Leticia que no me hago a tu pasion por las Telenovelas, no se, no te veo jajaja
ResponderEliminarQuerido, estoy harta de explicaros que hay telenovelas que de verdad son instructivas! Vidas Robadas, desde luego, es una de ellas!
ResponderEliminarNo me creía lo del tráfico de mujeres para la prostitución, pero es todo un mundo y existe!