¿DE QUÉ VA TODO ESTO?

Tras años mandando batallas a mis familiares y/o amigos, tras miles de intentos por mi parte de tener un sitio donde compartir mi humor corrosivo y ácido sin obtener frutos, tras rogar, pedir por las buenas, pedir por las malas, llorar y hacer todo lo que se me ha ocurrido... por fin he conseguido tener un blog! Preparaos...

AVATARES EN GATRWICK AIRPORT

Cuando viajo a UK, a ver a mi hermana, siempre pienso lo mismo: “Me he equivocado de planeta!, Me habré pasado la parada?”
De veras pido perdón a los ingleses, pues no pretendo con mis comentarios ofender a nadie, pero tío, qué raritos son!
Aquí, cuando compro algo en una tienda, a pesar de usar mi supertarjeta de chip y ping, pung, puk, pac, pam o como coño se llame, me piden que muestre el DNI, hacen como que miran pero no cuela, y nosotros lo enseñamos por costumbre; cierto?
Bueno, pues el otro día en el Sainsbury's (MaxiDIA de UK) estuvieron a punto de llevarme a la cárcel! Me dicen la cantidad total y yo doy mi tarjetita, lo normal, no? Bueno, pues seguidamente le muestro el carnet a la cajera, y lo que os cuento, me miró con una cara de susto que asustaba. Parpadeaba mirándome como si yo fuese un terrorista con una caja de bombas! “Para qué es esto, señora?” Medio tembló la gilipollas. Pues para qué va a ser, para que compruebe que no he robado la tarjeta… para qué quieres más!?! Llamó al encargado y todo, para que viniese a ver el carnet que le mostraba! Qué culpa tengo yo de que allí no se muestre? Menos mal que Pivi andaba cerca y les explicó que soy española y que allí enseñamos el carnet. Encima es que ni hacían por entender las explicaciones que yo les daba. Son idiotas o qué?!? Si he robado la tarjeta, para qué narices voy a enseñarles el carnet? Me vais a perdonar, pero yo no les entiendo.
Luego están los coches-espejo, si, espejo, porque se sientan al otro lado. Y eso no tiene ninguna gracia. Para mi que lo hacen sólo por joder. Todo el mundo conduce en el mismo sentido y en el mismo lado del coche… pues ellos no. Ellos al revés! Con un par! A ver si así nos atropellan, o qué?!?
Quiero dejar constancia de que es un país fabuloso, si no fuera… porque está lleno de ingleses que están a su vez vacíos de sentido del humor. Será el clima? Pero si gracias a ese clima tienen una isla preciosa! Me encantaría vivir allí. Con mi hermana, claro, pero si pudiese, allí que me iba. El respeto que tienen a la crianza infantil y a la cercanía de la mamá y sus necesidades de tiempo, es uno de los valores por los que indudablemente, yo mataría. Lo que aquí consideran como “vaguería”, “mucho morro”, o “pocas ganas de trabajar”, allí es aplaudido y alabado, pues muestra el lado maternal de las mujeres y les permiten ejercerlo en paz. Nada que ver con lo nuestro.
Pero lo de las colas… Ay! Lo de las colas… lo de hacer fila no es más que  es muestra de los obsesivos que pueden llegar a ser.
Voy a intentar pintar la mejor “cola” que he visto en mi vida. Supera con creces a las del Parque de Atracciones, las de la Oficina de Empleo o cualquier otra de las que tengamos aquí. Y encima, y esto es lo más increíble, encima están todos sonrientes!
Os la pinto:  
Debo decir, que toooooodo eso se recorría en 45 minutos! Y mientras esperábamos, cada tres minutos, ni uno más ni uno menos, pedía “sorry” por megafocía… no me digáis que es normal!
Bueno, pues como llegué con una hora de más a la zona de tiendas, y como no había pagado equipaje para facturar, pues sólo llevaba una maleta en sustitución de mi mochila de ida, me fui de compras.
La maleta parecía estupenda, pero al pasar la aduana… zas! Me quedo con el asa de arrastrar en la mano! Creo que nunca en mi vida he tenido un aspecto tan lastimoso. Pero eso si, antes muerta que sencilla! Yo con toda mi gisnidad, entré y compré cinco, no una ni dos, sino cinco cajas de galletas porque las cajas de lata inglesas están divinamente decoradas! Eran preciosas… seguro que las galletas eran una porquería, pero qué importa?!?
Me fui a hacer la cola, con mi maleta coja, mis cinco cajas de latón y mi bolso… y claro, la azafata de la entrada me dice que lo meta todo en mi maleta. Un bulto por persona… me entró la risa. Es que encima no saben nada de volúmenes? Era físicamente imposible!
Soy una excepcional jugadora de TETRIS, de verdad, tenía un vicio en BUP… pero es que ni GENIO de ALADÍN habría conseguido encajar eso! Así que yo desesperada en la cola, y furiosa no por abandonar las cajas, qué va, sino por no salirme con la mía, me dije: “Leticia, esto tiene que tener una solución sencilla”. Miro al tío de detrás, que me sonreía socarrona y desafiantemente… “este no me conoce!”. Miro alrededor. Me siento en el suelo. Abro la maleta (todo esto mientras un histérico de EASYJET decía a voz en grito “SÓLO UN BULTO POR PERSONA, PLEASE!”), me siento en el suelo, y coloco dentro de la maleta dos cajas, no sé ni cómo, y mi bolso. Eso si, la tarjeta de embarque y el pasaporte en los dientes, y el IPOD en el sujetador… Me pongo la chaqueta que llevaba (yo creo que por eso perdí un kilo, por lo menos). Miro desesperada al teniente risitas, al nazi obseso del unibulto… y a una chica hippie que tenía delante con una bolsa medio vacía, de tela, que decía: “todo lo que tengo lo llevo encima”.
Pues allá que voy, yo con todo mi morro, y le digo a la zarrapastrosa que si me puede llevar dos cajas en su bolsa cutre de tela. Me quiso matar, os lo juro. Pero claro, estaba tan alucinada, que no le quedó más remedio que decirme que si! Así, con el IPOD entre las tetas, los billetes en la boca, la maleta tullida y una caja de latón que ni sé qué tenía dentro pero preciosa, embarqué, victoriosa.
Me había salido con la mía.
Por cierto, una de las cajas Jaime la usó de escalera y la espachurró.
Está en la basura…

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