¿DE QUÉ VA TODO ESTO?

Tras años mandando batallas a mis familiares y/o amigos, tras miles de intentos por mi parte de tener un sitio donde compartir mi humor corrosivo y ácido sin obtener frutos, tras rogar, pedir por las buenas, pedir por las malas, llorar y hacer todo lo que se me ha ocurrido... por fin he conseguido tener un blog! Preparaos...

OSTIÓN (con perdón, eso si...)

Bueno, como una imagen vale más que mil palabras, os muestro el resumen (pretendiendo así justificar mi mal lenguaje en el título, pero ya me diréis cómo llamamos a esto):
Qué? Tengo, o no tengo razón?
Bien, os relato el suceso...
Viaje de Madrid a Guardamar un miércoles previo al primer puente del verano. Limitación de velocidad a 110 km/h, obras... pero obras, como siempre, puente y toda la mierda de A-3 en obras. Llegamos a las 18:00. Descargamos la furgoneta, para lo cual tuvieron que ponerla vertical entre mi padre y Luis y sacudirla. Subimos todo a lo más alto de la más alta torre (un quinto piso). Metemos todo a puñetazos en la casa y... a pasear!
Vamos por la vereda del río, donde hay un inocente murete de unos 60 cm. Yo, que voy sola con mis fierecillas y sus medios de transporte, a la sazón el patinete de Luisete y la moto de Jaime, acabo con la moto debajo del brazo derecho y con el patinete al hombro izquierdo, y con Luisete corriendo por encima del murete y Jaime detrás, agarrado a mi mano como buenamente puedo. Creo que tengo el meñique dislocado...
Juro, prometo y de todo lo que queráis que ambos llevaban el casco puesto. Debo añadir que no por precaución, qué va! Es que ya no tenía manos, así que les prohibí que se lo quitasen.
Ya no podía más. Veo pasar una ambulancia y me dan ganas de arrancarme la camiseta o lo que haga falta con tal de que paren y me lleven de vuelta a la casa con las dos cabras "despendolás" que tengo por niños...
Me paro. Dejo los vehículos en el suelo. Suelto a Jaime para quitarme el patinete del hombro...
Jaime sale corriendo, se gira para mirar la ambulancia... y zás! Apoya mal el pie, fuera del murete (ya hay que ser torpe) y de cabeza, como a una piscina pero sin las manos por delante. Y sin agua, claro.
A mi me pareció que se había dado en la boca, por lo que al levantarle, me quedé tan tranquila pensando que no se había hecho nada.
Como seguía llorando, le quito el casco y oigo a Luisete: "Mamá! Un bollo de los de Tom y Jerry!" Y eso era, un chichón entre ceja y ceja, pero de los de verdad, en diez segundos tenía una cota de un centímetro y medio! En toda mi vida he visto yo salir un bulto a esa velocidad! Parecía un rinoceronte con el cuerno cortado.
Luisete empieza a gritar y a saltar de la impresión, Jaime llorando como un loco, yo a un kilómetro de la casa con la moto, el patinete, el histérico y el del Machupichu por frontón!
Claro, llamo por teléfono al Doc Pinillos que inmediatamente deja toda la compra tras soltar unos cuantos improperios vía telefónica, y acude en nuestro rescate, como Superman!
Llegamos a la casa como podemos, abrimos la nevera y... no hay hielo! Claro, si acabábamos de llegar... Nada frío... salvo una lata de cocacola. Tal era el chichón que encajaba perfectamente en la semiesfera que tienen las latas por debajo. Quizá por eso el chichón tiene ahora esa forma perfectamente circular... a saber!
El caso es que conseguimos que le bajase un poco el "chinchón" del "podrazo ca ma pegao", y nos quedamos más o menos tranquilos.
Al día siguiente, tras una noche de horror mirando que respirase, que no devolviese, que estuviese consciente... se levanta sólo con la cara un poco desfigurada, por lo que pensamos que no era nada más.
Pero amigo, lo mejor era a partir del segundo o tercer día!
Se levantó con el bollo aquel morado, algo menos hinchada la cara, eso si, pero con dos moretones en los ojos que si le pegamos dos puñetazos boxeando no le quedan mejor hechos...
El pobre ahora se mira al espejo y dice: "Mida mamá, la pupa yaztá mejó, pedo ahodra teno loz ocos negdroz..."
No sé por qué les llaman moretones, porque algunos deberían llamarse "negrotones", y si no, que se lo digan a Jaimito! Parece un mapache, el pobre. Añadiré otra foto mañana para que alucinéis.
No me extraña que Luis diga que con este tiene el corazón en un puño!
Pero el caso es que a los dos días, en el Acuapark, el tío se tiró de todo lo que le dejaron. Hasta por el tubo negro que daba mil vueltas. Todos nos preguntaban: "Pero señora, eso no se lo ha hecho aquí, verdad?!?"
Manda cojones!

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