¿DE QUÉ VA TODO ESTO?

Tras años mandando batallas a mis familiares y/o amigos, tras miles de intentos por mi parte de tener un sitio donde compartir mi humor corrosivo y ácido sin obtener frutos, tras rogar, pedir por las buenas, pedir por las malas, llorar y hacer todo lo que se me ha ocurrido... por fin he conseguido tener un blog! Preparaos...

DORMIR MUCHO LOS SÁBADOS...

Desde ya digo que dormir mucho no existe. Igual que dormir poco. No existe. Existe no dormir. Existe estar dormido. Existe seguir durmiendo...
Hemos dormido hasta las once de la mañana!!!!!! Después de más de seis años de levantarnos a las nueve si es que estábamos de vacaciones y se habían dormido muy tarde, nos hemos levantado de la cama a las once y pico de la mañana! Madre mía! Me siento hasta culpable.
Aunque creo haber hablado ya del tema, el dormir en mi casa es una cuestión, cuento menos, espinosa.
Tengo dos chicos, Jaime, de 3 añitos, y Luisete, de 6 añazos.
Luisete es gallo. Madrugador. Entre semana hay que levantarle para ir al cole y no hay forma de despegarle de la cama. Casi hay que usar una palanca en la almohada... Pero ay! Los fines de semana... esos no hace falta, porque pocas veces le dan las siete con la oreja pegada a una sábana. Tiene ansiedad generalizada por aprovechar el tiempo de los fines de semana.
Jaime es un búho. O un murciélago, no lo tengo muy claro. El tío no ve nunca la hora de irse a la cama. Le acostamos, y aún tarda unos minutos en apagar su lucecita... Luego, cuando le obligas a apagar, te das cuenta de que se ha llevado a la cama cuatro coches, y dos gormitis. Eso en el mejor de los casos, porque suele ir acompañado de una mano mecánica, un par de cuentos... Luego viene el método "molinete", que es una forma un tanto peculiar de aproximación al sueño... pone la espalda sobre el colchón, intentando dormir, y empieza a dar vueltas, y vueltas, y vueltas... le oyes dar patadas a la pared, al cabecero, a la barandilla, a la pared, al cabecero, a la barandilla... a veces del mareo, se queda dormido. Si esto no funciona, oyes los pasitos por el pasillo: poc-poc-poc-poc-pocpocpocpoc... y ya sabes que está detrás! "Mamita, quiedo hacé piz". Le llevas al baño, le sientas, y primero se cae del brinco que pega porque está frío, luego se cuela, luego estornuda y me llena de babas las gafas, la frente, el escote... luego le llevo hacia su habitación y me va dando besitos, luego quiere hacer pis otra vez, luego quiere un beso, luego quiere decirme que vaya porque quiere darme un beso... ... ...
Pero ya se han hecho mayores, y he aquí la técnica empleada:
Dejamos preparados dos platos, en la mesa del salón, cada uno con: diez gallegas esparcidas y una taza con dos cucharadas de Nesquik y una cuchara metida. Dejamos dos cartuchos más de galletas, abiertas, de dos tipos diferentes. Dos zumos de naranja, y dos de melocotón. Servilletas. Dos vasos de plástico, con una botella llena de dos litros al lado. Y por fin, la clave: la botella de leche en la nevera, lo más a mano posible y casi abierta.
Entonces, las fieras se levantan, e intentan despertarnos, pero nos hacemos los remolones y como mucho, si Jaime se levanta primero, venimos al salón y ponemos la tele con algo que le guste, porque si se levanta Luisete, se lo pone solo. Dejamos a mano todo lo que se nos ocurre: iPod, Nintendo, Laberintos, Pinturas, la Leapster... lo que sea! Que hagan lo qeu les dé la gana! Debo señalar que mi casa no tiene peligro de alturas porque lo tenemos todo rodeado con una malla de gallinero...
Y con este truquito, por fin, seis años después... HEMOS CONSEGUIDO VOLVER A REMOLONEAR EN LA CAMA HASTA QUE PASAN LAS BURRAS DE LA LECHE Y TODA SU COMPARSA!

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