¿DE QUÉ VA TODO ESTO?

Tras años mandando batallas a mis familiares y/o amigos, tras miles de intentos por mi parte de tener un sitio donde compartir mi humor corrosivo y ácido sin obtener frutos, tras rogar, pedir por las buenas, pedir por las malas, llorar y hacer todo lo que se me ha ocurrido... por fin he conseguido tener un blog! Preparaos...

RE-COMPRANDO COMPULSIVAMENTE

Llegados ya al punto en el que mi anatomía casi portuguesa (nací en Pontevedra) cabe en una cuarenta y dos, mi vida se ha vuelto mucho más complicada. Mierda!
Cuando pesaba veinte kilos más, mi vida era mucho más sencilla. Aburrida, pero sencilla. Me refiero a cuestiones de moda, claro… qué pensábais!? Abría el armario, por la mañana, y como sólo me valían tres pantalones y cinco o a lo sumo seis partes de arriba, añadiendo el factor lavadora y planchado, solía tener sólo dos opciones posibles. Marrón, o negro. Dentro de esto, marrones van con marrones, y negros con lo demás, por lo que la elección se limitaba al pantalón que hubiese en el armario, y elegir entre tres camisetas o camisas. Según la ropa interior escogida al ir a ducharme, era pan comido salir vestida, de casa, en hora. No me molestaba en pintarme, porque total, para qué?
Ahora es un infierno. Con este pantalón me veo gorda, este tiene la pata ancha y no me hace justicia, este le odio… mejor falda. No! Esta no tengo parte de arriba con qué combinarla, esta no me apetece porque da calor, esta no me apetece porque da frío… estos pantalones! Me planto los pantalones. Al cajón de las partes de arriba! Esta pega, esta ni de coña, esta me la ponía cuando estaba gorda todo el tiempo, así que no me la pienso poner más… cuando por fin escojo una y me la pongo, nunca quedo demasiado convencida. Al armario de los zapatos! No tengo zapatos a juego con lo que llevo. AAAAAAAAHHHHHH!
Horror! Pueden adelgazar los pies? Yo creía que no, pero si! Escojo unos zapatos que me apetezcan, y, por supuesto, no van con lo que llevo. Retorno al punto inicial. Me desvisto, abro el armario, y a buscar se ha dicho! Dónde hay algo que pegue con los zapatos?!? A estas alturas, Luis suele ya mirarme con cara de pocos amigos. “Sólo tienes que ponerte algo, no vas a Palacio, ni nada parecido, sabes?” No sabe la suerte que tiene de no padecer este sufrimiento. Cuando por fin me decido por algo, a pintarse tocan!
“Mamá, te puedo colorear yo?” Luisete, claro.
“Mamita… podqué tacez ezo co lo colode?"
Vamos, que me he complicado la existencia...
Encima, como ahora me encanta llevar taconazos (siempre me han gustado, pero antes no me apetecía ponérmelos...), eso, como ahora voy subida a unos andamios haciendo malavares, al final del día una de dos, o tengo ampollas hasta en las uñas, o me duelen las piernas que no puedo dar un paso más. O una combinación de ambas cosas, como hoy.
Lo mejor ha sido que como hay crisis, y me encanta la ropa que tengo, decidí llevar a arreglar mis pantalones, que para eso son míos. La primera vez llevé sólo uno, para que le estrechasen la pierna. Cómo podíamos llevar esas patas tan anchas!?! Si les valen a los osos o a los elefantes del Zoo! El caso es que después, llevé once de un viaje. La china me miraba con los ojos achinados, pensando... "Y esta?! Va a poner un Colte Inglé?" Me los hizo probar todos y cada uno de ellos. Los cogió con alfileres, que pasé un miedito... Me fui de allí pensando que era la última vez que veía mis pantalones "fangoritos", como dice Jaime. Encima le pregunto cuando puedo ir a por ellos, pensando que me diría en un par de semanas, y me dice: "pasado maniana". Ahí ya sí que pensé que era imposible que hiciesen un buen trabajo.
Qué error! Lo de trabajar como un chino, desde luego, se dice por algo. Me los han dejado perfectos. Tengo ahora unos veinte pares de pantalones que me quedan perfectos. A ver, pídeme un color... Azul, morado oscuro, morado clarito, rosa, azul con flores, negro, marrón, negro de vestir, negro de pana, teja, marrón de vestir, marrón de pana, verde, rosa con flores, rosa normal, de lineas grises, de cuadritos rosas, gris oscuro, vaquero azul claro, vaquero azul oscuro, vaquero negro... y los que me olvido, claro.
Camisetas... no sé, esas ya creo que son "incontables". Si digo que tengo unas cuarenta, me quedo corta. Camisas? Como quince. Chaquetas, trajes, vestidos, jeans, leggins, jeggins... madre mía!
La que me espera para vestirme todo el invierno!
¡¡¡¡¡Socorro!!!!!

1 comentario:

  1. Lo que tienes que hacer es seleccionar la ropa la noche de antes, porque a mi me pasa como a ti, si no la he seleccionado la noche de antes a la manana me puedo tirar la torta y NUNCA acabo convencida con las decisiones de ultima hora.
    Silvia

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Por si me quieres poner a parir o decirme que te ha encantado, whatever, nunca se sabe.