¿DE QUÉ VA TODO ESTO?

Tras años mandando batallas a mis familiares y/o amigos, tras miles de intentos por mi parte de tener un sitio donde compartir mi humor corrosivo y ácido sin obtener frutos, tras rogar, pedir por las buenas, pedir por las malas, llorar y hacer todo lo que se me ha ocurrido... por fin he conseguido tener un blog! Preparaos...

NUEVAS FORMAS DE ARRIESGAR LA VIDA EN UK

Vengo a contaros una experiencia extrasensorial fresquita… de este mismo fin de semana. Y si alguno pone en tela de juicio mi relato, por favor, que me pida el teléfono…
Este fin de semana viajamos Luisete y yo a UK, a casa de mi hermana. Eso es, para mi, como viajar al cielo. Me encanta ir de visita a su casa, ver a los niños, reírme de sus cosas y que se ría de mas mías, ir de compras (es mi favorita), ir de compras al supermercado, estudiar las costumbres que tienen… todo el mundo tiene algo que enseñar. Al menos a mí. Algunos trucos con los niños, con cosas de la cocina o de la casa que me facilitan la vida, algún cachivache para la casa, algún adorno, recetas… Para Luisete es entrar en beatitud total. Se pone ZEN. Ver a sus primos, en la casa de sus primos… no hay nada que le pueda proponer que le guste más.
Con todo eso, nos fuimos los dos tan felices de viaje.
Mi hermana tiene cuatro niños. Lucas, el anciano (7), Dani (5), la linda, y Bela y Noa (1) que son mis churras. Junto con Carla, son mis bebés de ahora. Tirarlas por el aire y darles mordiscos es mi deporte favorito. Ya de momento diré que para re-hacerme con ellas tuve que darles un donut (chicas listas), porque llevaban casi la mitad de su vida sin verme… Noa, que parece más lista y cautelosa, esperó pacientemente a que Bela se zampara la mitad para comprobar que no las estaba envenenando. Y aún así, cada vez que le ofrecía, miraba para otro lado. Qué gracioso resulta que un bebé de 18 meses te pueda despreciar y se note tan a las claras! Pero esa no sabe con quién se la está jugando… me fui a por un platito, corté unos trocitos, los puse cerca de ella, y me levanté unos pasos, dándole la espalda… y picó, claro. Menos mal! Cuando me di la vuelta, ya estaba quitándole a Bela los trocitos que tenía pegados en la cara… luego se los quitaba de la mano directamente…
El caso es que el viernes, tras mucho pelear con ellos, conseguimos que se acostasen. Luisete dormía con Lucas. Dani en su cuarto. Yo sólo sé que Luisete me contó que no se acordaba pero no había dormido. Llamaba a su primo para ver si se había dormido, y luego su primo le llamaba a él para ver si se había dormido… Qué planazo!
Total, llegados a este punto, a las 5:32 a.m. decidieron levantarse e ir al castillo del ogro a preguntar si ya era hora de levantarse y si podían bajar a jugar al salón. Mi hermana les había comprado una varita a cada uno el día anterior que hacía ruido de conjuro y proyectaba un rayo de luz azul o roja, no recuerdo, chulísimo. No llegaron ni a la puerta del castillo del bufido que les dio el dragón. Salía fuego por la ranura de la puerta, y todo! Creo que les pidió, en tono relativamente amable, que se retirasen a sus aposentos y que al menos esperasen a la salida del sol. No estoy segura, porque duermo con tapones desde hace ya uno o dos años, y son muy efectivos.
Yo duermo en el tercer piso. Los niños en el segundo, y el salón abajo. De todo esto yo me enteré mucho más tarde. A medio día, más o menos...
Total, que estaba yo dormidita, tan a gustito, cuando entre el sueño y la vigilia oigo unos alaridos. Los tres primeros no me hicieron reaccionar, porque estaba en esa fase en la que no distingues si es real lo que sucede, si estás despierto, dormido… sólo quieres seguir durmiendo. Pero al cuarto, cuando me hice consciente de que estaba en Basingstoke, en casa de mi hermana, durmiendo en el tercer piso, y miré el reloj y vi las 7:28 a.m., y sin saber si era hora de España (las 6:28 en U.K.) u hora de allí, que es intempestiva para un día de fiesta, sentí que la sangre se me congelaba todo a lo largo de mi ser, pensando en que pudieran no ya despertar a Pivi, que sería malo, sino despertar a las churras y ahí ya sí que la liábamos… pero del todo. Me veía en el taxi camino del aeropuerto en pijama!
Me levanté tan rápido, que se me fue la cabeza. Pasé al hiperespacio (veo luces), en mi precipitación por llegar a la planta baja y decirles que no chillasen… casi me mato por las escaleras y las bajo rodando! Putos ingenieros! Porqué no hacen la huella y la contrahuella normalizadas?!? Claro, pedir eso en un país donde conducen por la izquierda sólo por joder, y cambian el volante de sitio, es como pedir a Caponata que ponga un huevo… Total, que llegué como pude al salón, cerré todas las puertas, para lo cual tuve que arrancar una cuña que hay en el suelo para que las mellizas no se pillen los deditos (Jaime se ha pillado toda la manita con la profe de la puerta ayer), cierro rápido pero despacito para no hacer ruido, y me quedo de pié, con la espalda pegada a la puerta, tratando de coger aire e hiperventilando, de la impresión.
Todo en silencio. Los tres niños (Lucas, Luisete y Daniela) me miraban con los ojos como platos, sin pestañear, imagino que del susto que les había entrado al oír mis coces por toda la escalera. Pensarían que bajaban los malos! "SILENCIO! Es que estáis locos?!? Vais a despertar a tu madre y nos va a matar a los cuatro!" Susurré a gritos. Me miraban con cara rara, como pensando si estaba dormida o despierta, porque entre los pelos, y que me faltaba el resuello…
Luego pusimos la WII, que por si alguien no lo ha notado, es lo peor cuando quieres que permanezcan en silencio. Yo ya no sabía qué hacer con Lucas, que regañaba a Luisete a voces porque no tomaba bien la curva con “superproper” o algo así… luego Luisete gritaba porque el mando era una mierda y no hacía lo que quería… En mi desesperación, pensé hacerles el desayuno. Por lo menos podría decir que estaban listos!
Como desayunan en la cocina, les metí allí y cerré la puerta. Me ayudaron a prepararlo todo. Leche, mantequilla, colacao, colacao de fresa, colacao de plátano, manzana, pera, fresitas… y las tostadas. Craso error! Hice las dos primeras para Lucas y Luisete, normales. Al poner la de Dani, me acordé de que le gustan muy tostaditas, por lo que las puse una segunda vez. Madre mía! De pronto, empieza a sonar una alarma, como de una central nuclear con los cuatro reactores a punto de fusión, o algo así, que debió oírse hasta en Madrid. Miro a los niños, horrorizada, con los ojos tan abiertos como se podía sin que se me saliesen, sin saber qué hacer. Luisete se tapaba los oídos, el pobre. Lucas abre la puerta de la cocina, y vemos, como si se hubiese materializado en lo alto de la escalera, a mi cuñado con el pantalón de dormir, sin gafas, dispuesto a tirarse por las escaleras en su desesperación por desconectar la silenciosa alarma… y coge, abre la puerta de la calle de par en par, la ventana de la cocina, y con una revista comienza a dar aire al sensor de fuego… me explicó que era un “sensor” muy “sensible” susurrando… Y sólo eran las 8:00! Yo miraba para arriba, mientras mi cuñado se iba tras parar aquello, con cierta aprehensión, esperando y deseando ver a mi hermana. A las 8:30 suena el teléfono. Mi hermana María para ver qué tal estábamos y ponerme a Carlita al aparato, que estaba haciendo pedorretas. Yo ya ni corría. Dejé que el teléfono sonase, aún sabiendo que su gemelo está en la mesilla de Pivi… con la de la alarma, era imposible que siguiese durmiendo. A las 9:00 llamaba mi marido.
Y a las 9:15... Ay, a las 9:15! A las nueve y quince minutos, en lo alto de la escalera, cual Diosa del Olimpo, parecida a Zeus (el de los rayos y truenos) y a Úrsula (la Bruja del Mar de La Sirenita), aparece mi hermana, con Bela en brazos, seguida de Jeff, con Noa. Con sólo verle la cara yo salí corriendo y me metí dentro del horno. Bajó las escaleras como flotando, cual vampiro, con los ojos rojos inyectados en sangre, las venas del cuello todas marcadas pulsando, y una voz de ultratumba. "LUCAS Y LUISETE!" Qué horror! Pobrecitos! "CUANTAS VECES OS HE DICHO QUE POR LA MAÑANA NO SE HACE RUIDO?!?" "ESTA NOCHE CADA UNO DUERME EN SU CAMA! AHORA MISMO VAIS A HACER LOS DEBERES Y NO QUIERO OIR NI UN SOLO RUIDO! YA!" Yo pensaba que me iba a castigar a mi, y todo...
Le salía humo por las orejas, eso seguro, y le temblaba un párpado al mirarnos. Yo miraba por la ventana, acojonada... Dani, la pobre, sólo decía: "Mami, a que yo me he portado bien? He dormido en mi cuarto y me he portado bien". A mi me daban ganas de decir lo mismo...
El caso es que tres o cuatro horas después se le pasó el disgusto, pero joder, al día siguiente se oían las moscas desde el tercer piso a las nueve de la mañana, y eso que llevaba los tapones!

1 comentario:

  1. Ojala hubiera sido la bruja Ursula porque hubiera tenido 8 tentaculos y no hubieran sabido de donde les venian las tortas a las 5.32 de la mañana.

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