Creo haber comentado en otro momento que en mi barrio, Hortaleza, nos hemos quedado a vivir muchas de las primas Ortegas. Bien, mi madre tiene un hermano y una hermana. Ambos viviendo aquí. Mi tío tuvo cuatro hijos, y una de ellas tres niños, de la edad de los míos. Nosotras somos tres hermanas con cuatro, dos y una niña. Mi tía tiene dos hijos. En total, cuando los Ortegas nos juntamos a celebrar, podemos ser...2+4+4+3+2+3+3+4+2+1+2+2+1 = 33.
Tengo que quitar a mi tío, por desgracia, pero desde luego, era Ortega, Ortega! Así que hoy éramos 32 comensales, 6 de ellos niños. En un piso.
Antes estaban mis abuelos y la abuela Domi también.
Mis abuelos eran capaces de discutir durante una hora, de Carabaña a Madrid, con la radio haciendo zzzzzzzz---zzzzzzzz---zzzzzz... qué viaje!
La abuela Domi era también como mi abuela. Me echó tantas broncas como a cualquiera de sus nietos carnales!
Otra Ortega de pura cepa es la Tía Ma. Esta es incombustible. .
A mi tía Ma no se le pasan los cumpleaños. Es como mi App del iPhone pero sin fallar, porque yo no acierto nunca! Hay un mes en el año, Febrero, en el que hay catorce días seguidos que tenemos cumpleaños casi cada tarde. Os lo aseguro! Y como vivimos casi todos por aquí... acabas queriendo matarte! Porque encima somos cumplidores. Sobre Abril prefiero no opinar, hace ya años que lo taché de mi calendario.
La tía Ma, como mi madre o mi hermana Pivi, es hiperactiva. Su caso es peor, porque duerme muy poquitas horas, y se levanta como nueva. Muy poquitas es como cuatro horas por la noche, así que... a las seis de la mañana, muchas veces, está ya moviendo los tacones. Mejor dicho, está andando. Porque tanto ella, como sus hermanos, cuatro de los cuales se quedaron viviendo en este mismo barrio, de mayores han salido a andar por Hortaleza. Tenemos hasta un parque muy largo, situado encima de la M-11, al que han bautizado como la "Avenida del Colesterol". Esto es así porque cuando a alquien del barrio le dicen que tiene el colesterol alto, le mandan a caminar, y acaba, invariablemente, en la "Avenida del Colesterol". "Avenida del Colesterol" arriba, "Avenida del Colesterol" abajo... y así hasta que se harta y toma Danacol, que es más rápido...
Mi tía tuvo que estar un mes entrenando en casa, antes de salir a la calle a "correr el tacón", porque con tanto bamboleo, se mareaba...
En el arte culinario, estaba mi abuela Tere. De pequeña, sólo me gustaban las tortillas francesas que hacía ella, y me fascinaba oirle contar que durante la guerra, en la posada de sus padres, ella hacía tortillas de dieciocho huevos para los soldados... Ahora que sé cocinar, me pregunto muchas veces cómo haría para darles la vuelta... y cómo estaría el colesterol de los soldados!
Hay otra, que aún no siendo familia directa, debe ser mencionada por peculiar. Esta señora, se compró una "residencia eterna" en el cementerio de mi barrio (ahí acabamos todos o casi todos los de la familia). Pero lo gracioso (o espeluznante) del caso, es que se hizo su lápida, le coloco sus letras, se puso epitafio, y plantó florecillas que cuidaba semanalmente con mucho esmero. Ahora ya reside en esta morada...
Hay que subir tableros para acomodarnos a todos, lógicamente, porque al menos en mi casa, no hay ni sillas para tantos...
Mi padre ha bautizado el ritual como "comer con casco". Tengo un cuñado americano, que pertenece a la familia desde hace ya diez años, pero el pobre no se acostumbra. Dice que no puede comprender cómo podemos hablar todos a la vez, tan alto, y durante tanto tiempo... pero comiendo y bebiendo! Es un arte, ya se lo he explicado. Yo como con ellos y me parece que ha pasado algo, porque tanto silencio...
Nosotros gritamos. Y mucho. Y bebemos. Y mucho. Y comemos. Y mucho más.
Mientras comemos, los niños se pegan en el pasillo. Todo es armonía y chichones. Entre lágrimas, puñetazos y langostinos, los niños se divierten como pueden. Carla, la más chiquitita, que no cuenta aún el año, está de regazo en regazo, feliz. "Leti, que no le des nada a mi niña". Por supuesto, Leti no hace ni puto caso. Corto un filetito y se lo dejo chupetear. "Pero no le des eso, que se va a atragantar!". Cogotazo. "Qué le das a mi niña!". Niña con la boca abierta de par en par detrás del tenedor con el trozo de filete pinchado. Manotazo a la copa de vino. "Es que siempre eres la misma, hija!". Mi tío: "No, es que tiene mala suerte".
Carla con otro. "Esta niña parece un molinete!".
"Leti, creo que acabo de ver el culo de tu hijo". Oportuno, claro.
...
Llega mi padre, con unos minutitos de retraso. "Maite, un jarrón!" Trae un ramo de crisantemos, recién cogidos... "Dónde coño hay un jarrón en esta casa?!?" "Cuidado con las cenizas del abuelo, hombre!" "Maite, dónde pongo el jarrón?" "Todos los listos tienen cosas de tontos!". "Me pasas el vino?" "La Casera". "No me jodas! Cada vez tomáis una cosa. No hay Casera!" "Asís, al chino!" "Ya estamos?!?"
Y así durante dos horas.
Y entonces, en el cúlmen de la fiesta, va mi tía y saca su móvil. "Yo no tengo un smartphone, sólo uso esto para llamar, poner mensajes y wassup!" Y oye, no le expliques que es eso precisamente, porque te zurra. "Maite, y tienes tú ptuf-ffi?!?" Mi padre. "Y qué coño es eso, a ver? Mi teléfono no tiene 3G de ese ni nada parecido, sólo se conecta wiffi en casa". "Eso es porque no tienes jazztel". Y como digo, no intentes explicarles nada, porque capaces son de sacudirte.
A todo esto, mi hijo con su tío Chema que le está enseñando Judo. "A ver, Luisete, el ositogueri". Y Luisete le pone una pierna por detrás e intenta tirarle al suelo. "Mamá, me dejas que te haga un ipón-tsumani". "Mira, niño, no sé qué coño es eso, pero paso". "Jaime, ven, que te lo hago a ti..."
Mi tío Akef, mientras, aporta su dosis didáctica a Jaime: "Jaime, tú en el cole, cuando algún niño te haga daño, dale una patada. Pero entre las piernas, eh?"
Y luego me pregunto porqué no soy más normal...
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