¿DE QUÉ VA TODO ESTO?

Tras años mandando batallas a mis familiares y/o amigos, tras miles de intentos por mi parte de tener un sitio donde compartir mi humor corrosivo y ácido sin obtener frutos, tras rogar, pedir por las buenas, pedir por las malas, llorar y hacer todo lo que se me ha ocurrido... por fin he conseguido tener un blog! Preparaos...

HASTA EL MOÑO!

Artículo de opinión, como todos, pero con una mala leche...
Voy a intentar ser objetiva, porque creo que me sale humo de las orejas, tengo los ojos inyectados en sangre y un grado de hartazón, rallano en lo infinito.
Cuando me propuse adelgazar pensaba sólo en caber en mi ropa antigua, en la ropa de las tiendas comunes que hay en todos los centro comerciales, en estar guapa con unos leggins... madre mía qué gilipollas!
Tendréis que disculpar mi lenguaje, pero a veces las expresiones y palabras educadas, se quedan cortas, no, lo siguiente...
Esta mañana he desayunado un café con cuatro sacarinas (mi prima Eva toma mil sacarinas desde hace dos mil años y está perfecta, así que lo del cáncer... da risa). Bueno, no da risa, pero es que todo da cáncer, así que mejor obviarlo... Sigo. Le he echado (a mi café) ni media cucharada de azúcar avainillada, porque mirad, yo sé que el azúcar engorda mucho, pero está muy buena! Y he cogido una de las galletas que hicimos ayer y un plátano enano. Sólo eso. Lo juro. Añado también como parte de mi alegación que YA NO ME INTERESA PERDER PESO, joder! Un par de kilos si, pero ya caerán...
Es ese desayuno tan exageradamente calórico como para que mi pobre hijo mayor tenga que mentir a su padre para que no me eche la bronca y decirle que no he comido galletas?!? Justifica el haber tomado eso la bronca marital que me he llevado?!? Lo dudo. Francamente, si sólo fuese esto, me conformaría.
Ayer, en una comida con mi familia, cogí con el dedo un poco de la nata del postre de mi hermana María y sonaron las alarmas de Fukushima. Ya sabéis, lo de ayer no era otro accidente nuclear, era dedo untadito en nata...
ESTOY HARTA!!!
Quiero vivir en paz! Quiero ser la única que se preocupa por el peso de Leticia Valverde Ortega!
A esto, hay que añadirle que ya nada me queda bien. Mi ropa de hace medio año me queda gigante... las camisas que me quedaban sueltas me quedan enormes y mal, no me gusta... de los pantalones ya ni hablamos! La ropa que compré hace un mes (dos pantalones), queda terriblemente mal pasada media hora, porque se da de si (no sé cómo se escribe) y parece que llevo un globo alrededor del culo y la tripa! Mis sujetadores... Bah! De estos ya no sé ni qué decir! He comprado más de seis en las últimas semanas! Soy experta en tallas, por favor! Cómo es posible que me los tenga que arreglar yo a manita?!? Las bragas... esto ya es para pegarse un tiro! Entre más de cincuenta, es lógico que ninguna se me adapte al culo? VENGA YA! No es para tanto! Las faldas se me caen, y las antiguas, me quedan perfectas en la cadera pero se me ha perdido la cintura que tenía hace diez años!
Me pruebo cinco cosas antes de salir de casa, y lo peor es que con ninguna estoy del todo conforme!
Me paso el tiempo ojeando revistas de moda!
ESTA NO SOY YO! POR FAVOR, QUIERO ESTAR TRANQUILITA! El cuerpo sólo contiene el alma, y si la salud no peligra... ya está!
Pero de todo, lo peor con diferencia, son las amonestaciones constantes por cualquier cosa que como y tiene más de 1 kilocaloría por gramo. Me como una almendra, y al instante suena mi teléfono, mi marido, mi padre, mi madre... y otros mil echándome la bronca! Que si es una pena, que si con el esfuerzo que has hecho, que si con lo guapa que estás... SOCORRO!!! Me voy a tener que esconder para poder comer pipas?!? Quizá baste con silenciar el teléfono. O con tirarlo a la basura...
Cuando estás gorda, nadie se mete contigo. Bueno, si. Tú te metes contigo, pero ya está!
Estoy obsesionada con la comida, pero es cuestión de tiempo. En cuanto me adapte a mi nueva talla, todo listo!

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