Había una vez... (muy apropiado).
Había una vez una chica, intentando desesperadamente terminar su carrera universitaria, a la sazón, Caminos.
Las dos últimas asignaturas de la carrera se le atragantaron, bueno, que casi se ahoga... -Yo creo que se me gastaron las neuronas.- Total, que en plena crisis de desesperación, va su padre y le dice: "A trabajar! Así te olvidas un poco antes de enloquecer del todo... Te voy a poner con un chico que te puede enseñar mucho. Lleva ya muchos años trabajando, y es muy buena persona. Se llama Luis".
Esta chica se iba a casar en Febrero (creo que era el 24, aunque no me acuerdo muy bien) con su novio de toda la vida (10 años juntos). Y feliz de la vida tras aprobar una de las dos asignaturas que le quedaban en Septiembre, se fue a trabajar unos meses a media jornada, a ver si así conseguía aprobar la última asignatura en Diciembre.
Pasaron tres meses trabajando en la nueva estación de ferrocarril que se construía en un pueblo a unos 50 kilómetros de Madrid (El Escorial), y todos los días iban a la obra.
En esas horas de viaje, hablaban de muchas cosas. De lo que ella esperaba de la vida una vez casada. De cómo haría él para terminar su carrera, parada por motivos personales, y ya casi dada por perdida. Ella le regañaba, y le decía que tenía que estudiar tal y cual cosa. Le fotocopiaba los apuntes. Se enfadaba cuando él no estudiaba. Y poco a poco, se fueron haciendo amigos.
Ella le decía a su novio que este chico era un poco raro, porque el novio era muy posesivo y los celos hacia cualquier otro que se acercase a ella aparecían enseguida - imagino que con razón, en este caso...- Le contaba a su futuro marido que le caía fatal, que le conocía de años atrás, por coincidir con él en clases en la universidad. Que era bastante pedante y empollón, y encima siempre había tenido que escuchar de su padre lo meritorio que era el trabajo que Luis realizaba, pues ayudaba a su familia e intentaba por todos los medios terminar Caminos, también. Ella, por imposición paterna, veía a una terapeuta para descargar los nervios de hacer el exámen de la que era la última asignatura de una carrera bastante larga y algo dura. -Se llamaba Mónica, la terapeuta, claro.-
A Mónica si le contaba la verdad, que creía que se estaba enamorando de Luis y que estaba un poco preocupada... pero la terapeuta, a por uvas, le decía que sólo veía en él un reflejo de una figura paternal, pero que tenía que casarse con su novio porque no era nada importante. -Menos mal que nunca he hecho mucho caso de lo que me dicen. Soy un poco/mucho rebelde.-
El caso es que cuando trabajaban en la oficina, sentados juntos, a ella le gustaba ver cómo él escribía en el ordenador, con los antebrazos descubiertos, mangas arrugadas por encima del codo, muy concentrado en lo que escribía. Le gustaba fantasear sobre cómo podría conseguir que él terminase la carrera, porque era un tío muy trabajador, pero en el mundo laboral, por muy bueno que seas, sin una carrera no puedes llegar muy lejos. Le veía como un luchador, al que la vida se lo había puesto un poco difícil, pero que seguía adelante, batallando cada día. En algún momento pasó de ser un empollón y redicho a ser un chico interesante con una vida dura...
Todas las noches, tras haber pasado la tarde estudiando, ella le escribía un mail, contándole alguna bobada de su día. Él solía contestarle cuando ya estaba dormida, pues era de las que madrugaban mucho para estudiar antes de ir a trabajar. Lo primero que hacía cada mañana, antes de empezar a estudiar, era leer lo que él había escrito la noche de antes. -Luis escribe muy bien, es una pena que no conserve esas cartas...- Luego, en la oficina, todo discurría con absoluta normalidad. Pasaron los meses, y en Diciembre ella se examinó, y aprobó por fin.
La preparación de la boda le llevaba mucho tiempo, y cada día, Luis tachaba un número en la cuenta atrás del día del evento.
La preocupación de ella iba en aumento, porque ya no sólo le llamaba la atención el antebrazo, sino que había empezado a fijarse en el trozo de pecho que se veía del cuello de él con el primer botón de la camisa desabrochado. -Suena muy cursi, pero es así como yo lo viví.-
Recuerdo que en una de las cartas que me mandó, un día, me puso una frase que era algo así como... "yo sólo veo en ti una figura fraternal..." creo que nunca en mi vida me han dicho una burrada semejante. Qué mal me sentó! Un chico rechazándome?!? A mi, que encima de no haberle dicho nada de nada me iba a casar en cuarenta días! Pues no iba a ser el primero!
Total, que ella, muy digna, le escribió un Pliego de Descargo, que venía a decir algo que sonaba como: "Tú estás chalado o qué!?! No te has enterado de que me caso?! A ver si te centras y abres los ojos! Antes que contigo, me liaría con XXX, del cual he estado enamorada toda la carrera y nunca le he dicho nada!"
Jajajajaja! Siempre he sido muy sincera...
Me sentí de lo más herida y ridícula, porque me había descubierto y encima me había puesto en evidencia! Y encima tenía razón! Pero por nada del mundo me iba yo a dejar vencer, sin discutir.
Recuerdo ahora que él me hablaba mucho del lenguaje no verbal, y de que era un poco agresiva con los chicos. Supongo que si, siempre me ha gustado tontear. La vida tiene muchas cosas divertidas, no?
Así, llegó un 1 de Febrero, tres semanas antes de la boda, más o menos.
Luis se había quedado sin coche, y ella se ofreció a llevarle a un Centro Comercial, en Serrano, a comprar un regalo para uno de los hermanos de él. Ambos se montaron en el coche.
Llegaron a un semáforo, en la calle Agustín de Foxá, y de pronto, sin premeditación alguna -lo juro- ella empieza a decirle:
- Mira, me caso dentro de tres semanas, y no sé porqué, pero quiero decirte algo que lleva mucho rondándome la cabeza. Yo estoy enamorada de ti. No te asustes, no te preocupes, pero es que quería decírtelo antes de casarme. Como tu no estás enamorado de mi, y sólo me ves como una hermana, pues no pasa nada. Esto se me pasa, como con XXX en la carrera. En cuanto deje de verte ya no hay problemas, porque tú no estás enamorado de mi, bla, bla, bla... no estás enamorado, verdad?!?
- Pues no.
- Bueno, ya te he dicho que no pasa nada. Sólo te lo quería contar para que lo supieras. Yo me caso y listo. No hay problema.
Y así, con ella hablando como una loca y supongo que él flipando, siguieron avanzando por las calles de Madrid.
Me dio un poco de vergüenza, no creáis, pero no mucha. Se lo quería decir, just in case (por si acaso)...
De pronto, arranco de un semáforo en pleno Serrano, antes del cruce con María de Molina, y me dice:
- Pues sabes lo que te digo? Que si que tenemos un problema, porque estoy enamorado de ti!
Y voy yo, y me entra tal susto que se me olvida frenar y me choco con el coche de delante!
De pronto, me entraron todos los miedos que no había tenido ni en mi declaración, ni en todo el recorrido de media hora en coche.
- Pero qué dices?!? Yo me tengo que casar! Cómo le voy a decir a mi madre que no me caso si ya está todo listo para dentro de tres semanas?!? Tú estás loco?!!!!
Él, con mucha prudencia y tratando de evitar un accidente grave (lo del choque por fortuna no fue nada), le pidió que aparcase y entrasen a una cafetería a tomar algo y hablar.
- Yo me tengo que casar!
- Bueno, pues cásate. -Siempre he sido de lo más terca, y Luis lo sabía.- Si yo te espero, mujer. Luego te divorcias, y listo. No te va a funcionar. Te casas y cuando te separes te vienes conmigo. Te espero.
- Bla, bla, bla...
Y como es habitual en mi, de pronto, mi cerebro hizo: clik! CÓMO ME VOY A CASAR DENTRO DE TRES SEMANAS SI ESTOY SEGURA DE QUE NO VA A FUNCIONAR PORQUE NO LE QUIERO?!?
Ya no era sólo que estuviese enamorada de Luis, es que claramente no estaba enamorada del otro (quien por cierto, ese día, estaba fuera de la ciudad por motivos laborales).
Con toda la valentía que fui capaz de reunir, llevé a Luis a su casa, sin más, y llamé a mi familia para pedirles que me esperasen despiertos, porque tenía algo muy importante que discutir con ellos.
Y el resto, ya es historia. No puedo contar nada más, qué pensábais?
Bueno, si, que nos casamos (Luis y yo), el 3 de Noviembre de ese mismo año.
Recuerdo que a mi madre casi le da un infarto cuando en Mayo le dije que me casaba.
OTRA VEZ?!?
Mi padre se limitó a organizar una porra...
Historias habituales en la vida de una madre, trabajadora, esposa, mujer, amiga... vamos, lo que me dé. Ex-Ingeniero de Caminos convertida en Profesora de Mates de secundaria en UK.
¿DE QUÉ VA TODO ESTO?
Tras años mandando batallas a mis familiares y/o amigos, tras miles de intentos por mi parte de tener un sitio donde compartir mi humor corrosivo y ácido sin obtener frutos, tras rogar, pedir por las buenas, pedir por las malas, llorar y hacer todo lo que se me ha ocurrido... por fin he conseguido tener un blog! Preparaos...
CÓMO CONOCÍ A VUESTRO PADRE
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He de decir que esto ocurrió exactamente así y el que recibio el golpe en el coche no dijo nada...por cierto.
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