¿DE QUÉ VA TODO ESTO?

Tras años mandando batallas a mis familiares y/o amigos, tras miles de intentos por mi parte de tener un sitio donde compartir mi humor corrosivo y ácido sin obtener frutos, tras rogar, pedir por las buenas, pedir por las malas, llorar y hacer todo lo que se me ha ocurrido... por fin he conseguido tener un blog! Preparaos...

VIVA LA NUBE VOLVÁNICA Y LA MADRE QUE LA PARIÓ!


Ja! A mi me ha encantado que el volcán eruptase de una forma tan amable este fin de semana pasado... gracias a esto pude estar con mis sobrinos un días más. Gracias Vulcano.
Ah! La historia? El aeropuerto, un desastre.
Salía de viaje el sábado a las 7.30 a.m. Madrugón de órdago, llego justita... la historia de siempre. Bueno, eso si, con mi paquete de galletas porque no me daba tiempo a desayunar. Y dos donuts, por si acaso (¿¡?? nos quedamos encerrados en la aeronave y me entra el hambre?) o para mis sobrinos, que les encantan. Claro, sólo uno llegó al destino y porque tuvo suerte.
Cuando íbamos a embarcar, entrando ya por el "esfínter" al avión dice la azafata que el comandante le ha dicho que no sabe si vamos a poder volar. La nube. Horror! Y cómo vuelvo? Pero eso no se había terminado ya? Suban, que nos vamos. Bueno, pues nada, a volar se ha dicho.
Fui todo el viaje hablando con una pareja afortunada que se iba de escapada a lo "novios" de fin de semana a Londres. Ya se sabe, los niños unen y socializan hasta a los más bordes... Y allí estaba yo dando la matraca, pobres, hasta les enseñé fotos de mis nuevas sobrinas! En fin, a qué seguir.
Aterrizamos y me fui al taxi que mi cuñado me mandó con un conductor muy simpático que me contó la situación política del país y que había estado en la costa española del Mediterráneo más veces que yo. Lo que más les gusta a los bretones es ponerse rojitos, como lobsters... es como llevar una medalla al mérito vacacional.
Bueno, llego, achucho, baño, doy biberones, cambio pañales... qué preciosas son mis chicas!
Llega tan pronto la hora de ir al aeropuerto...
En fin, mi cuñado, pobre, nos lleva a mi padre y a mi hasta el aeropuerto, y espera un poco a ver qué pasa.
Cómo definir el caos de Gatwick? Hormiguero. Como un hormiguero con la electricidad fundida, donde las pobres hormiguitas han encendido las velas que han encontrado. Eso si, con muchíiiiiiisima educación.
Cuando por fin conseguimos las tarjetas de embarque y nos dirigimos a pasar el control, cómo no!? Hay que quitarse las botas, luego pita la puerta esa... será posible que me pite el sujetador? La tía me cacheó como si llevase escondido un chip o algo así. Como no encontró nada me hizo una cruz a la altura de mi pecho encogiéndose de hombros, como intentando justificar la meticulosidad de la dichosa puerta: "a veces el suijetador suena..." ME SUENAN LAS TETAS? Toma ya! El caso es que yo pasé sin más problemas, supongo que porque llevaba el bolso vacío ya que sólo iba a pasar el día y llevaba las muffins y las cookies típicas de la isla para mi compañera de la oficina alias "piraña".
Pero ahí estaba mi progenitor, para amenizar la velada y salirse por bulerías. Llega el policía-robocop que le pide a mi padre ver su maleta. En su prisa por seguirle, y como estaba casi en pelotas para que el dichoso marco no sonase, mi padre va y arranca la hebilla de su cinturón. Nos miramos con cara de "dos de oros" y seguimos al poli un poco apurados. Empieza el hombre a vaciar la maleta de mi padre, que como siempre pasa iba encajada a lo "tetris". Pidiendo perdón, porque ya se sabe que los ingleses son muy educados a la par de entusiastas formadores de colas de espera (allí es un deporte nacional), el gendarme vacía sin piedad la maleta. Mientras tanto, yo intento hacer de intermediaria entre el poli y mi papi, que ha aprendido inglés a los 60 años, y está inventando una nueva forma de pronunciar el idioma británico sin darse cuenta del inexistente sentido del humor inglés. Repito: INEXISTENTE. Allí estaba yo, medio liganto medio intentando embelesar al mencionado, para que terminase de una vez. Mi padre llevaba toda la bolsa llena de cables, claro: el cargador del móvil, el del ordenador, el de la máquina de fotos, el adaptador, en fin, por lo menos una docena. Ya tenía cara de chiste, porque de alguien he heredado yo mi don... y de pronto y como soy telepática le hago una señal a mi padre para que no suelte la gilipollez que se nos acaba de ocurrir, algo así como "si sigue usted removiendo los cables me va a desarmar la bomba!". Pensé: si mi padre le dice esto acabamos tumbados en el suelo bocaabajo, con las manos en la espalda y siete tiros cada uno, porque y repito por enésima vez porque me tienen hasta los bretones, que NO COJEN NI UN CHISTE!
En fin, hasta aquí puedo contar... conseguimos encajar los cables, los vocablos de mi padre y salir de allí por patas regresando a casa de mi hermana, cortesía de Vulcano.
Así que me ratifico: VIVA LA NUBE VOLVÁNICA Y LA MADRE QUE LA PARIÓ!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por si me quieres poner a parir o decirme que te ha encantado, whatever, nunca se sabe.