¿DE QUÉ VA TODO ESTO?

Tras años mandando batallas a mis familiares y/o amigos, tras miles de intentos por mi parte de tener un sitio donde compartir mi humor corrosivo y ácido sin obtener frutos, tras rogar, pedir por las buenas, pedir por las malas, llorar y hacer todo lo que se me ha ocurrido... por fin he conseguido tener un blog! Preparaos...

SOBRE CÓMO QUEDARNOS SIN GASOLINA, PERO CON MUCHO ARTE...

Hoy ha sido un día terminal. Odio echar gasolina, aunque sea pecado odiar.
Voy por la M-40, y de pronto el coche pierde fuerza, hace ptuf-ptuf y se para. No sé si iba cuesta abajo, o rodó por la energía generada por mi mala leche hasta el arcén. Suena una vocecilla tímidamente en lo más profundo de mi conciencia... "Mañana en cuanto salga tengo que echar gasolina, que me quedo tirada".
Salir corriendo de casa por la puerta que no es, a buscar el coche que no me acuerdo dónde lo dejé ayer, Luisete recordándome que podemos ir en el autobús y que no pasa nada... por fin encuentro el pto coche, vete al cole, llega tarde, llega tarde tres minutos a la oficina habiendo puesto el coche en dos ruedas en las curvas... Que se me olvidó, joder!
Sólo de pensar en las cosas que me van a decir, me dan ganas de bajarme y caminar los dos kilómetros que me separan de la gasolinera. Jo, cómo pasan los camiones en la M-40! No me atrevo ni a bajar la ventanilla.
No pienso llamar a mi marido, porque me mata seguro. No llamo. No me creo que no arranque, algo de gasolina tendrá. Intento arrancar girando la llave empecinadamente. Creo oir cómo se ríe el motor. Carcajadas. No hace ni fú. No pienso llamar. Mi padre en UK. A quien llamo? Que no, que me bajo! Pasa un trailer a toda leche que deja el coche temblando y a mi con pinta de pollito mojado.
"AmigaJ, por favor, me traes un poco de gasolina que me he quedado tirada?". "No me digas?!?, Dónde?". En la M-40, salida tal. Por favor, es que no quiero llamar...". "No te preocupes, que ya voy". Menos mal que tengo buenas amigas, a pesar de lo rancia que soy.
Espero una hora, y mientras, pienso en cómo me voy a bajar del coche sin que me espachurren contra la puerta mientras la arrancan del coche al abrirla. Tendré que poner el triángulo? Tengo triángulo? Dónde está el pto triángulo? Qué calor! Voy a bajar la ventanilla, pero no me queda fuel ni para eso. Ah! Pongo el aire acondicionado y nuevamente oigo las carcajadas de fondo de mi motor, aire qué?... Al final, me bajo por el lado del acompañante, y recuerdo que me tengo que poner el superchalecoamarillo. Arriesgando mi vida abro el maletero, revuelvo entre la bicicleta, los cascos, bolsas de ropa de gimnasio, bolsas, dónde está? Arranco la tabla inferior del maletero, me hago daño en un dedo, me pita un camionero, claro, no iba a ser un coche elegante y de superlujo, no, un pedazo de camión que me pega un susto que me hace dar un respingo, levantar la cabeza, y darme con la puerta del maletero en la frente. Por fin tengo el chaleco. El triángulo que lo ponga Rita, que yo no me la juego. Me meto en el coche corriendo. Vamos a ver, a qué lado está lo de la gasolina? Teléfono... "Qué lleva tu coche?". "Cómo se llaman las gasolinas que hay? La normal, hombre". "¿¡Funciona con diesel o con súper?". "Ah! Super". Sé que hay una palanquita por algún lado que abre lo de la gasolina... me contorsiono por el coche, y al fin recuerdo qeu está bajo el asiento del conductor. Genial, ya estoy preparada.
Conclusión: Mi amiga llega, flipa con el sitio en el que me he quedado tirada, para como puede delante mío pero no se baja ni loca, y me mira con los ojos desorbitados pensando seguramente en cómo vamos a hacer para salir de allí enteras. Me bajo, miro a los lados, y echo a correr hacia su coche con los ojos casi cerrados. Cojo la bolsa que me da, y le doy las graicas como puedo.
Ja! Llenar el motor es pan comido, a que no lo sabíais? Y con las toallitas me limpio las manos para que no huelan.
En el camino de vuelta coy rezando para no haberme equivocado con el diesel.
Como alguien me diga algo...

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