¿DE QUÉ VA TODO ESTO?

Tras años mandando batallas a mis familiares y/o amigos, tras miles de intentos por mi parte de tener un sitio donde compartir mi humor corrosivo y ácido sin obtener frutos, tras rogar, pedir por las buenas, pedir por las malas, llorar y hacer todo lo que se me ha ocurrido... por fin he conseguido tener un blog! Preparaos...

MIS COCHES, POBRECITOS...

En fin, aquí estoy de nuevo con una historia para no dormir de una mierda de coche.
Si por debajo tienen cosas tan delicadas como para que se líe una tan gorda, pues que lo pongan encima, o que vuele en vez de arrastrarse por el pavimento, porque si se puede romper, YO lo rompo seguro. No viene de serie el ABS y a mi coche le ha puesto mi marido airbages de esos por todos los sitios donde podían estar? Pues que le ponga un airbag al carter, y asunto terminado!
Veamos. Llego a medio día harta de la peluquería y preocupada por lo que le habrían hecho mis chicos a mi marido en mi ausencia. Con todas las prisas del mundo. Y por supuesto, ningún hueco libre. Pero es que ni los difíciles, que mi coche se mete donde sea. Bueno, menos encima del bordillo.
Veo un hueco de 1.5 metros en batería, limitado por un bordillo con una acera gigante. He visto, lo prometo, coches aparcados ahí. Por qué el mío no?
Cierto es que pensé que quizá el bordillo fuese un poco alto, pero si otros han aparcado ahí, pues yo más.
Voy despacito, marcha adelante, y como si fuese Moqueen subo primero la rueda delantera derecha… no suena nada. Perfecto. Sigo despacito… nada, un poco más… nada! Así que pienso, si voy más deprisa no sufro tanto, como el tirón de la cera. RAS! CRRRRRGGGGGGÑIIIIIIII… pues eso. Encajada. Pero lo he aparcado. Estoy de medio lado, claro, las dos ruedas derechas subidas al bordillo. A qué huele?!? Huele como a quemado? Qué es esto? Hay humo? Yo creo que no. No puede haber sido para tanto, hombre… me bajo y miro, mejor…
Tiro del manillar de la puerta, y debido a un principio activo como es la gravedad, la puerta se abre como si fuese automática, de par en par, y golpea un poquito al otro coche. No ha sido mi culpa, es que se me ha escapado por aparcar de lado. Qué le voy a hacer! Me bajo. No huelo nada. Cojo mi bolso, muy digna, cierro y me voy. Es que había dos tíos en la acera de enfrente mirándome con los ojos como platos. Qué pasa?!? He aparcado, no?
Mejor no le digo nada a Luis, porque no parece que haya sido nada, no lo voy a mover hasta mañana, y a qué cabrearle.
Me olvido.
Hasta hoy, lunes por la mañana, claro. Me visto a toda velocidad, cojo mi café, y andando! Mi perfecta mañana se ve de pronto amenazada por un negro nubarrón… le habré hecho algo al coche? En fin, lo bajo con cuidadito, y listo.
Me subo sonriendo, confiada en mi suerte, que suele ser mucha. Arranco. Todo bien. No se enciende ninguna luz.
Cómo haría yo para sacarlo? Culeo hacia arriba? Si, así como es la hipotenusa, quedará más alto y no roza… pero no me encajaré más? Puf! Cómo hago?
Allá voy! Pistaaaaaaa! CRRRRRGGGGGGÑIIIIIIII…Joder! Piso más fuerte el acelerador, del tirón, para sufrir menos! CRRRRRGGGGGGÑIIIIIIII…Jooooooooder… Aprieto el acelerador más todavía, desde luego acelerar, acelera, lo que pasa es que se me ha quedado una rueda en el aire, y no avanza para atrás. Y ahora qué? Yo no llamo a Luis ni loca! Ni a mi padre! A quién llamo? A Santi? No, eso tampoco… piensa, piensa? Hay alguien por aquí? No! Mierda! Y si meto la primera y le doy para adelante? Eso! CRRRRRGGGGGGÑIIIIIIII… Uf! Juro que aunque hace 12 ºC y no llevo abrigo, estoy sudando. Yo no aviso a Luis ni de coña! Que no! Pues cuesta abajo! CRRRRRGGGGGGÑIIIIIIII… CRRRRRGGGGGGÑIIIIIIII… CRRRRRGGGGGGÑIIIIIIII…Toma ya! Lo saqué! Miro por el retrovisor… Sorpresa! Un reguerillo.
Jo, esto juraría que me ha pasado ya con el AX… y fue el cárter o como se diga. Y creo que fue gordo. Me da igual. Me voy a la oficina despacito, y llamo desde allí, que si no la lío más. A Luis le llamo cuando esté arreglado.
Creo que pocas veces en mi vida he conducido con tanta atención. Mirando por el retrovisor, despacito, en línea recta… vamos, la conductora perfecta!
Algo de miedo he pasado, eso no lo voy a negar, pero algo tan importante como los frenos no van a ir por debajo! No creo que sean tan idiotas, porque con eso te matas. Por si acaso, no iré muy rápido y pongo los warming…
Joder! Parece que va meando el coche! Se ve mi ruta perfectamente! Cada vez que subo cuesta arriba hay una ralla. Bajo la ventanilla del copiloto para colocar el espejo (si, es automático, pero en mi afán de rescatar mi Toyota le di con algo y se había plegado). (No, el plegado no es automático).
Como decía, bajo la ventanilla… qué suena? Es como si rascase algo? Será la dirección? La dirección lleva líquido? Y qué pasa si se va ese líquido, que no puedo girar? Bueno, hasta la oficina voy más o menos en recta.
Y lo del carter? Eso para qué es? Qué pasa con eso?
Que me da igual, he dicho que llego, y llego.
Me bajo tras aparcar, me doblo por la mitad y miro debajo del coche. Me sujeto el escote, claro… No veo nada! No cae nada! Eso es que se ha vaciado lo que quiera que sea, no? Me levanto, y veo a mis compañeros en la sala del café mirándome, claro. Supongo que riéndose de mi… cojo mi bolso, yo muy digna, y allá que voy. Ficho y a por ellos. “ En vez de reiros me ayudaríais más si me dijeseis que le ha podido pasar a mi coche?”…
Bueno, me decido a llamar a mi padre porque me aconsejan que llame a la grúa y todo eso… menos mal que me quiere. Viene él y lo lleva al taller. Le digo que no llamo a la grúa y que lo lleve? Pues no llamo a la grúa. Si he podido llegar hasta aquí, él puede llegar un poco más.
Llamo al taller y le cuento que un camión de obra ha perdido una piedra… no he podido esquivarla… ha pasado por debajo y han salido chispas… vamos, que no se lo ha creído. Que lleve el coche, mejor con grúa y ya me dirá.
Cómo se lo cuento a Luis? Se va a cabrear…
“Amor mío, no te enfades, vale?”. “Qué has hecho!”. “No ha sido miculpanohabíaotrositioleraspélosbajosconunbordillounpocoycreoqueperdialiquidosperonoséporqué”. Y va y me cuelga. “No estarás de coña, verdad?”. “No, de verdad que le he hecho algo malo, pero ya he avisado a mi padre y al taller y tú no te tienes que preocupar de nada de nada”.
JAJAJAJAJAJAJAJA!
Me acaba de llamar mi padre, que no tiene nada. Bueno, por debajo parece un plano con muchas rayas, pero no están en ningún sitio vital!
Toma ya! Soy una fenómeno!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por si me quieres poner a parir o decirme que te ha encantado, whatever, nunca se sabe.