¿DE QUÉ VA TODO ESTO?

Tras años mandando batallas a mis familiares y/o amigos, tras miles de intentos por mi parte de tener un sitio donde compartir mi humor corrosivo y ácido sin obtener frutos, tras rogar, pedir por las buenas, pedir por las malas, llorar y hacer todo lo que se me ha ocurrido... por fin he conseguido tener un blog! Preparaos...

ATASCOS EN MADRID

No me gusta conducir. No me gusta nada. Pero... nada de nada! Eso sí, aprobé mi carnet a la primera. Di cincuenta y una clases prácticas, por lo que cuando fui a examinarme conducía mejor que el examinador y más en plena hora punta con todos atascados. Me dieron el carnet un viernes, así que ya iba yo toda chulita de fin de semana al campo con mi coche. Bien, pues el primer día que conduje en mi vida, me pararon los de la Guardia Civil, y me cascaron mi primera multa. Debe ser un récord... Por no llevar el permiso de circulación. Ese fue el comienzo de mi relación un poco complicada con los vehículos...

En esta línea de actuación, tengo un YARIS. Siempre voy corriendo, como buena hiperactiva, así que era viernes, y llevaba a los niños al cole, con sus mochilas, los desayunos, las bolsas de deporte, mi bolso, el ordenador y los tacones de diez centímetros de los que ya no sé bajarme… Tarde, íbamos tarde, qué queréis que os diga, como siempre, porque si vas con tiempo suficiente la vida pierde emoción, así que me disparé hacia el cole y recuerdo haber tenido el flash de “no me quedaba poca gasolina?” en algún rincón de mi subconsciente, pero… no podía pararme ahora. No había tiempo.

Pasé, camino al cole, por delante de tres estaciones de servicio, pero el Yaris da para mucho y aunque la última rayita titilaba, hacía poco que había empezado a titilar. Creo.

Hacía pocos días, quiero decir.

Les dejo en el colegio y disparada, salgo hacia mi oficina. Iba yo en mi salsa, a toda velocidad cruzando bajo la M-40, pitando amablemente a diestro y siniestro para ayudar a que se despertasen los otros conductores, como buena ciudadana.

Llegaba a la glorieta de Telefónica, que se encontraba un poco congestionada por ser viernes, día en el que más conductores salen con el coche. Hay tres carriles de entrada a la glorieta, y tres dentro de la glorieta. Aunque tenía que girar a la derecha para salir de la rotonda, tenía a un pesadísimo señor con bigote delante de mí, así que me dispuse a adelantarle por la izquierda, entrando en la glorieta, con un acelerón de los que gastan medio depósito. Reconozco que se me congeló un poco la sangre al acordarme de que no tenía mucha gasolina por el rugido del vehículo en cuestión, pero bah, ya llegaba. Resumiendo, entraba yo en la glorieta para adelantar a la tortuga, agarro el volante con las dos manos fuertemente para dirigirme por delante en una rápida y magistral maniobra a la derecha… y se murió. Literalmente. La deceleración fue tan brusca, que no me desplacé ni un metro, por lo que me detuve en el carril central de la glorieta de telefónica, entrando desde Las Tablas. Creo que en ese momento fue cuando se me cambió la dirección del torrente sanguíneo…

Ahí estaba yo, otra vez (es la cuarta, si no estoy mal), sin gasolina. Marido de viaje. Padre… como segunda opción, PIIII, PIIIII, …, cohes por la derecha pitando, coches por la izquierda pitando… hacía ya calor, por lo que bajé la ventanilla porque estaba empezan… PIIIII, PIIIII, …, empezando a transpirar, PIIII, PIIIII, y a quién coño llamo yo ahora?!? Desesperada.

Pensé ir andando hasta una gasolinera, que hay rela PIIIIII, PIIIII, …, relativamente cerca dos disponibles, o tres, pero era media hora para ir, y media para volver. Y tenía que abandonar el coche ahí en medio… Como me pongan una multa PIIIII, PIIIII, a ver “Mírala, a la tía, ahí sin mover el coche!”, PIIIII, PIIIII, a ver cómo se lo explico yo a mi padre y a Luis, PIIIIIII, PIIIIII. “Pero no te quedes ahí!”, gilipollasmehequedadosingasolinayelcochenoanda… “Pero porqué no mueves el coche a un lado, guapa!?!?” gilipollasquépartedemehequedadosingasolinaNOHASENTENTIDO?!?

Sudaba yo la gota gorda, pero de forma literal, las manos sobre el volante, la cabeza apoyada sobre ellas, y sin llegar a llorar porque es muy poco glamuroso, que si no… CAMINO! Es la única que aún no me ha matado en estas situaciones. Mucho debe ser lo que me quiere…

- Camino, dime que aún no has llegado a la oficina!

- No, estoy atascada llegando a la glorieta de Telefónica. No sé qué pasa hoy… Por qué?

- Si, yo también estoy atascada ahí, lo que pasa es que en el centro de la glorieta y parada. Por favor, me traes una bolsita de gasolina?

- JAJAJAJA! Ya te veo! Otra vez? No me puedo creer que te hayas quedado sin gasolina otra vez! JAJAJAJA! Anda, espera, que ahora te la traigo…

Ramal de la M-40 parado. Salida de Las Tablas parada, glorieta de Telefonica parada…
Fueron los diez minutos más largos en mucho tiempo… Así que llevo el coche últimamente tan lleno, que echo la gasolina con una jeringuilla para ir rellenando de a pocos!

2 comentarios:

  1. Me parece una falta de responsabilidad importante quedarse sin combustible hoy en día.
    Esperemos que no se repita y para la siguiente, llenes el tanque siempre a tiempo.

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  2. Amig@ anónimo, realmente tienes razón. Soy demasiado despistada y no hay excusa que valga.
    La prçoxima vez, como bien dices, dame tu número y te llamo para que me ayudes.
    Un saludo.

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Por si me quieres poner a parir o decirme que te ha encantado, whatever, nunca se sabe.