¿DE QUÉ VA TODO ESTO?

Tras años mandando batallas a mis familiares y/o amigos, tras miles de intentos por mi parte de tener un sitio donde compartir mi humor corrosivo y ácido sin obtener frutos, tras rogar, pedir por las buenas, pedir por las malas, llorar y hacer todo lo que se me ha ocurrido... por fin he conseguido tener un blog! Preparaos...

MALABARISMO MATERNAL

En estos tiempos difíciles, en los que tener una habilidad que no se vea ensombrecida resulta tan complicado, porque siempre hay veinteañeros que no sólo lo harán mejor, sino que además habrán estudiado un par de carreras universitarias y un máster, hablarán cuatro idiomas, tendrán un blog y un facebook con cuatrocientos amigos,un cuerpo digno de los dioses y diosas del Olimpo, harán kamasutra-pilates, sexy-spinnig, esgrima con sable-láser o lo que sea que se les haya ocurrido a los de los gimnasios de Madrid, siempre llevarán las mechas perfectas, sin una sola raíz, la cara perfectamente maquillada para que parezca que a penas se han dedicado hora y media a acicalarse y los cuerpos tan lisitos y libres de vello que parecen de plástico, en estos tiempos, decía, he desarrollado una habilidad que, estoy segura, ninguno de ellos llegaría a intentar siquiera (probablemente por miedo a darse un golpazo)...
Soy capaz de dar un biberón a mi bebé de tres meses, que va sentado en el cuco colocado en el asiento del copiloto, tan feliz, mientras conduzco por donde haga falta para ganar la gymkana de actividades extraescolares de mis otros dos hijos, a la vez que vamos repasando las decenas con el uno y el tema de science con el otro, que va a conseguir que haga lo que no he hecho en casi cuarenta años que tengo, sacarme el Advance cuando acabemos Primaria, y Proficiency en cuanto termine Secundaria, me imagino. Lo más difícil es cambiar las marchas, lo reconozco. Lo que hago es sujetar el bibe en posición correcta con mi bufanda mientras cambio, y agarrar de nuevo el bibe, porque, y por si no lo sabéis, como se lo saque de la boca ya no quiere más.
He aprendido también a llevar una "marcha de crucero", no una velocidad... Esto es, meto la segunda y no vuelvo a tocar la palanca. Arrancar el coche en los semáforos en segunda es fácil, en especial si estoy en una zona sin pendiente, pero cuesta arriba... eso ya es otra cosa! Y aún así, lo consigo. Claro, que cuando quiero correr un poco, llevo el coche tan revolucionado que estoy segura de que un día de estos dirá que no avanza un solo metro más.
Casi igual de emocionante aunque ligeramente doloroso es dar el biberón mientras vas a recoger a los niños al colegio. Escaleras arriba y abajo con Manuel en brazos, sujetando el biberón con el cuello mientras con la mano que te queda vacía coges la cartera y/o la bolsa de deporte y abres la bolsita de la merienda...
Otra de mis grandes hazañas esta semana ha sido llegar desde la calle Orense, en Madrid, hasta casi La Moraleja en diez minutos y a las seis de la tarde! Sin multas! Ya advierto que estresa muchísimo esta actividad, por lo que no la recomiendo...
Es tal la cantidad de tareas simultáneas que tengo que recordar y hacer siguiendo un orden determinado, que el otro día, mientras conducía al colegio, de pronto me acordé de la merienda, por lo que di un giro de ciento ochenta grados para regresar a casa, con tan mala puntería que por el carril contrario unos coches más allá venía un coche de la policía, que debió verme. Entonces recordé que ya había metido los bocatas en el cochecito de Manuel, por lo que giré bruscamente por una calle para rodear una manzana y cambiar de sentido. Creo que los polis pensaron que huía de ellos, por lo que empezaron a ir detrás de mi. Yo seguí, casi temblando porque me parasen y no llegara a recoger a Luisete de piano, por lo que me pasé de largo la calle del desvío y tuve nuevamente que girar con mucha brusquedad para dar la vuelta. A estas alturas los polis debían dudar entre que fuese una criminal huyendo de ellos o que estuviera borracha como una cuba. Pero claro, en el último minuto decidí que podía seguir otra ruta y llegar más rápido incluso, por lo que nuevamente giré en medio de la calle... Cuando ya iban a encender la sirena, seguro, llegábamos a mi destino, por lo que aparqué rápidamente y saqué a Manuel del coche. Quizá eso les calmó y me evitó la multa... tendrían ellos también bebés?!?
Si eso no es hacer malabarismos, decidme cómo lo hacéis porque a mi se me está yendo de las manos...

1 comentario:

  1. En fin... después de leerte, me alegra saber que esos despistes constantes que tengo, el agobio de tener que salir airosa aún haciendo varias cosas a la vez y esa sensación de no ser perfecta, es la definición de lo que hoy se podría llamar "mamá".

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Por si me quieres poner a parir o decirme que te ha encantado, whatever, nunca se sabe.